Sector Agroindustrial de la Caña

 

 

Sector agroindustrial de la caña en Colombia


El sector agroindustrial de la caña es un clúster con características únicas en el país. Se concentra en más de 50 municipios de 5 departamentos (Valle, Cauca, Risaralda, Caldas y Quindío) a lo largo del valle del río Cauca. Está conformado por:

  • 4.500 cultivadores de caña.
  • 14 plantas productoras de azúcar (Carmelita, Incauca, La Cabaña, Manuelita, María Luisa, Mayagüez, Del Occidente, Pichichí, Risaralda, Providencia, Riopaila-Castilla y Sancarlos, afiliados a Asocaña, y Lucerna).
  • 6 de los ingenios tienen destilerías anexas para la producción de bioetanol como oxigenante de la gasolina (Incauca, Manuelita, Providencia, Mayagüez, Risaralda y Riopaila-Castilla).
  • 1 comercializadora internacional.
  • 4 instituciones de apoyo para el sector (Cenicaña, Asocaña, Procaña y Tecnicaña).
  • Más de 50 proveedores especializados (de transporte, empaques, servicios agrícolas, entre otros).
  • 238.350 hectáreas sembradas en caña, de las cuales el 75 % pertenece a más de 4.500 agricultores.

Las condiciones agroclimáticas del valle del río Cauca, el trabajo de investigación impulsado por Cenicaña (más del 1% de sus ingresos dedicados a I+D+i) y la implementación de tecnología y prácticas sostenibles por parte de ingenios y cultivadores, han llevado a Colombia a ser líder en productividad agrícola y de fábrica a nivel mundial. El país supera la producción de azúcar por hectárea de grandes productores como Brasil, Australia, Estados Unidos, México, India y la Unión Europea.  

 

Aspectos generales

Durante el 2022, la agroindustria de la caña colombiana tuvo una producción de:

  • 23 millones de toneladas de caña
  • 2,09 millones de toneladas de azúcar
  • 347 millones de litros de bioetanol a partir de caña de azúcar
  • 1.745 GWh de energía cogenerada a partir del bagazo de caña, 759 GWh de los cuales fueron entregados al Sistema de Interconexión Eléctrico Nacional

Las exportaciones de azúcar fueron de 627 mil toneladas en 2022, por valor de 370 millones de dólares, a más de 60 destinos alrededor del mundo. Esta agroindustria es la cuarta generadora agroindustrial de divisas después del café, las flores, el banano y el aceite de palma.

La agroindustria de la caña representa el 0,6% del PIB total nacional y el 2,5 % del PIB agrícola nacional. En el Valle del Cauca representa el 21,1% del PIB agrícola y 11,1% del PIB industrial, mientras que en el Cauca es el 11,9% del PIB agrícola y 21,4% del PIB industrial.

Los ingenios azucareros contribuyen de manera significativa en las finanzas públicas de los municipios de su área de influencia llegando, en algunos casos, a más del 60% de los ingresos tributarios de cada localidad. Además, de acuerdo con Fedesarrollo (2019), los municipios con caña de azúcar tienen mayor cobertura en educación, salud, mejores niveles salariales y un PIB per cápita mayor.

Por sus encadenamientos productivos, esta agroindustria dinamiza los circuitos económicos nacionales y regionales. Más del 95% de los insumos son de proveeduría local y nacional. Se demandan insumos por un valor superior a los 6 billones de pesos (medio punto del PIB) y se pagan salarios por un monto cercano a un billón de pesos, según el DANE.

De acuerdo con Fedesarrollo, por cada peso invertido en la producción en caña de azúcar, se están generando 9,20 pesos más en el resto de la economía por efectos indirectos e inducidos; y para la fase industrial, por cada peso para la producción de azúcar, bioetanol, energía y otros, se está generando un efecto extra en la economía de 4,21 pesos por efectos indirectos e inducidos.


LA APUESTA SOCIAL DE LA AGROINDUSTRIA DE LA CAÑA EN EL SUROCCIDENTE DEL PAÍS

Para la agroindustria de la caña la competitividad y el progreso tienen que ir de la mano con entornos inclusivos y sostenibles. Junto a ingenios y cultivadores se trabaja por el bienestar y desarrollo integral de las comunidades que rodean a esta agroindustria.

Se entiende el bienestar de las comunidades vecinas y el buen relacionamiento de la agroindustria con ellas como un factor fundamental, partiendo del principio del diálogo genuino y respetuoso, entendiendo las diferencias y construyendo desde los puntos en común. De esta forma, la agroindustria ha generado escenarios de interlocución, no solo alrededor de sus áreas de influencia, sino con todos aquellos actores sociales que hacen parte de los departamentos donde opera.

 

Compromiso Rural, jalonando empleo y emprendimiento en la región

Producto de la escucha activa y el relacionamiento con las comunidades, Asocaña lidera el programa Compromiso Rural, que se trazó como uno de sus objetivos la generación de 1.500 empleos agroindustriales formales y, en su primer año, superó esta cifra con la contratación de 1.851 personas. En su segundo eje, Compromiso Rural ha buscado la dinamización de economías locales en municipios de Valle, Cauca, Caldas y Risaralda.

En el marco de Compromiso Rural, 1.851 personas se han empleado en diferentes actividades dentro de la agroindustria de la caña. Además, cerca de 900 personas se beneficiaron de procesos de acompañamiento psicosocial con SENA e ICBF.

Igualmente, Compromiso Rural les apuesta a estrategias que lleven al fortalecimiento de emprendimientos rurales y a la generación de espacios que permitan la concreción de negocios directos entre el productor y el consumidor final o las grandes y medianas superficies. De esta forma, la agroindustria de la caña está apoyando a más de 700 emprendedores de diferente índole, como productores agrícolas, de moda, cárnicos, gastronomía, entre otros.

Con ese enfoque, desde Asocaña se ha realizado acompañamiento para que los emprendimientos avancen en la formalización y madurez necesaria para entrar en los encadenamientos de los diferentes sectores productivos, sirviendo de puente con entidades como las Gobernaciones, Alcaldías, Cámaras de Comercio, el Invima, entre otros.

Igualmente, gracias a una alianza estratégica con Imecol, Asocaña generó una ruta de acompañamiento para Compromiso Rural con la aceleradora Impact Hub, mediante la cual 100 emprendedores que hacen parte de este programa se capacitaron y contaron con el asesoramiento necesario para desarrollar mercados, obtener financiación y avanzar en su formalización. 30 de estos emprendimientos se beneficiaron con capital semilla para fortalecer su iniciativa.

Por otra parte, se han gestionado espacios para la promoción de los productos y servicios ofrecidos por los emprendedores, con la organización de ferias campesinas, empresariales, mercados internos y jornadas de Agricultura por Contrato realizadas en alianza con las Gobernaciones, Alcaldías, el Ministerio de Agricultura, las comunidades y el sector privado.

 

Con La caña nos une se han prestado cerca de 80 mil servicios de salud especializada en la región

Más de 13.800 personas han sido beneficiadas por las jornadas de La caña nos une, una estrategia liderada desde 2019 por Asocaña y sus ingenios afiliados junto a la Fuerza Aérea Colombiana, al igual que otros aliados, para llevar de manera gratuita servicios de salud especializados, de bienestar y recreación a poblaciones vulnerables de Valle, Cauca y Risaralda.

Este programa ha acercado a los médicos especialistas a comunidades que, de otra forma, no cuentan con fácil acceso a sus servicios, lo que ha permitido que cientos de personas encuentren diagnósticos y tratamientos para sus padecimientos o que se entregue información y guía para la prevención de enfermedades.

La caña nos une ha contado con 16 versiones en Riofrío, El Cerrito, Guacarí, Santander de Quilichao, Pradera, Obando, Rozo, Bugalagrande, La Virginia, Palmira, Florida, Puerto Tejada, Cali y Candelaria, donde se realizaron cerca de 80 mil atenciones en especialidades como pediatría, ginecología, medicina del dolor, cardiología, odontología, fisioterapia, gerontología, psicología, fonoaudiología y nutrición. Igualmente, se brindaron servicios de bienestar, recreación y atención integral como asesoría jurídica, peluquería, charlas educativas, entre otros.

 

Con el mejoramiento de vías terciarias, la agroindustria de la caña le apuesta al progreso del campo

Contar con vías terciarias en buen estado es fundamental para apalancar el desarrollo de las poblaciones de la región, así como el bienestar de las comunidades. Así lo reconoce la agroindustria de la caña, por lo que, a través de mecanismos como Obras por Impuestos, al igual que el Fondo Social de la Agroindustria de la Caña, se trabaja en el mejoramiento de vías terciarias en la parte alta de municipios como Guacarí, Corinto y Toribío, con el objetivo de facilitar la movilidad de la población y su acceso a servicios de salud y educación, así como el tránsito de productos agropecuarios que fortalecen la economía local.

Por medio del Fondo Social de la Agroindustria de la Caña, en alianza con la Gobernación del Valle, se recuperaron 8 kilómetros de la vía terciaria de Costa Rica-La Magdalena, en el municipio de Guacarí. Esta alianza ha permitido también el mejoramiento de tramos viales como el de Peralonso-El Crucero (8 km) y el de San Francisco-Pueblo Nuevo-Las Brisas (12 km), en Florida, con una inversión total de $5.592 millones entre la Gobernación del Valle y la agroindustria de la caña.

A su vez, a través de Obras por Impuestos el sector agroindustrial de la caña está ejecutando el mejoramiento de 20 kilómetros de la vía que comunica a Corinto con Toribío, en el norte del Cauca. Este proyecto vial, de 3 etapas, permitirá una mejor movilidad para cerca de 7.300 personas de la región, con una inversión de $21 mil millones de pesos y la generación de más de 1.500 empleos en la zona.

 

LA APUESTA AMBIENTAL Y DE SOSTENIBILIDAD DE LA AGROINDUSTRIA DE LA CAÑA

La conservación y protección del recurso hídrico es un pilar fundamental para la sostenibilidad de esta y futuras generaciones. En este contexto, la agroindustria de la caña trabaja de manera sostenida en la implementación de tecnologías que permiten un uso eficiente de este recurso en sus procesos productivos, al tiempo que realiza importantes inversiones en proyectos de conservación y restauración de las cuencas hidrográficas de la región.

En los últimos 20 años, y en un esfuerzo conjunto liderado por la Mesa del Agua conformada por profesionales expertos de ingenios azucareros, cultivadores de caña y el Centro de investigación de la Caña de Azúcar – Cenicaña, se ha reducido hasta en un 50% el consumo de recurso hídrico en la producción de caña de azúcar, a través de la implementación de tecnologías eficientes de programación y medición del agua en las fincas, así como la utilización de sistemas eficientes de riego. Esto ha permitido, no solo disminuir el consumo de agua, sino también reducir los costos del riego, mejorar la productividad y disminuir los riesgos de erosión hídrica en zonas de piedemonte.

Esos mismos esfuerzos se adelantan en las fábricas de azúcar, las cuales se caracterizan por producir agua debido al proceso de extracción de jugo de caña, al que posteriormente se le extrae el agua para producir la miel de caña. Gracias a los sistemas de medición y control exhaustivos de los consumos de agua en cada subproceso, a la recirculación de agua dentro de los subprocesos industriales y a su reutilización en otras actividades, se ha disminuido la cantidad de agua captada de una fuente externa para procesos fabriles en 32,6 % entre el 2013 y el 2022, superando en este último año la meta establecida de 1M3 por tonelada de azúcar.

Por otro lado, este sector se caracteriza por gestionar de manera eficiente sus residuos y sacarle el mayor provecho a nuestra materia prima fundamental: la caña de azúcar. Con la caña producimos azúcar, energía, alcohol carburante y subproductos como el bagazo y la vinaza. El bagazo es utilizado por la industria papelera para la producción de artículos ecológicos y en las fábricas para la sustitución de carbón para las calderas, mientras que con la vinaza se producen abonos orgánico-minerales que permiten el mejoramiento de suelos y reducen la dependencia de fertilizantes químicos.

La agroindustria de la caña destina el 1% de las ventas de azúcar y etanol a la investigación e innovación, a través del Centro de Investigación de la Caña de Azúcar, Cenicaña. Esta entidad ha adelantado importantes desarrollos en economía circular, enfocados al aprovechamiento de residuos tanto agrícolas como industriales, la recirculación de aguas en sus procesos productivos, el aumento de la eficiencia en los sistemas de generación de energía térmica y eléctrica, la disminución en el consumo de combustibles fósiles y la aplicación efectiva de fertilizantes nitrogenados en el campo.

 

Fondo Agua por la Vida y la Sostenibilidad

La inversión en la conservación y restauración de las fábricas de agua, las cuencas hidrográficas, es fundamental para aportar de manera eficiente a la sostenibilidad. Por esta razón, en el año 2009 los ingenios azucareros afiliados a Asocaña crearon el Fondo Agua por la Vida y la Sostenibilidad, a través del cual, en alianza con entidades privadas, comunidades locales, organizaciones ambientales y sociales, cabildos indígenas, organizaciones multilaterales y organizaciones del Estado, lidera, promueve y financia acciones para la conservación y restauración de 26 cuencas hidrográficas en 29 municipios de 3 departamentos, que abastecen de agua a más de 3,5 millones de habitantes.

Desde su constitución en 2009, el Fondo Agua por la Vida y la Sostenibilidad ha gestionado inversiones cercanas a los $45 mil millones, de los cuales $13 mil millones han sido inversiones directas de los ingenios azucareros, que han permitido jalonar los restantes $32 mil millones de aliados estratégicos tanto del sector público como del privado.

Gracias a estos recursos se han intervenido 13.661 hectáreas de ecosistemas estratégicos en procesos de restauración y se han sembrado 1 millón de árboles nativos que facilitan la recuperación de fauna y flora nativa; además, se han beneficiado más de 3.080 familias que participan directamente en los proyectos y 18.080 familias se han beneficiado indirectamente.